Una buena comunicación con el equipo médico y de enfermería es clave para garantizar un cuidado de calidad, especialmente en el contexto del cuidado a nuestros mayores. Comprender y transmitir correctamente la información puede marcar una gran diferencia en el diagnóstico, el tratamiento y el bienestar general de la persona atendida.
A continuación, compartimos algunas estrategias útiles para establecer una relación de confianza y mejorar la comunicación con los profesionales sanitarios:
Preparar la información con antelación: antes de una consulta o revisión, es útil anotar síntomas, cambios recientes, medicamentos y dudas concretas. Esto facilita una conversación más clara y productiva.
Fomentar el diálogo abierto: hacer preguntas sin miedo y pedir explicaciones cuando algo no se entiende no solo es válido, sino necesario. Los profesionales están ahí para ayudar y aclarar.
Utilizar un lenguaje respetuoso y colaborativo: evitar confrontaciones y mostrar disposición a colaborar mejora el vínculo y favorece un trato más personalizado.
Escuchar activamente: a veces, lo más importante no es lo que preguntamos, sino lo que escuchamos. Prestar atención a las indicaciones médicas es fundamental para seguir correctamente los tratamientos.
Contar con un acompañante: en algunos casos, tener a un familiar o cuidador presente ayuda a recordar mejor la información y a transmitir datos importantes.
En nuestras residencias, cuidamos también este aspecto: actuamos como nexo entre los residentes, sus familias y el personal médico, facilitando una comunicación fluida y transparente. Porque cuidar también es saber escuchar, entender y acompañar.
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