La insuficiencia cardíaca es una afección crónica que se produce cuando el corazón no puede bombear sangre con la eficacia que el organismo necesita. Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, es más frecuente en nuestros mayores debido al envejecimiento natural del sistema cardiovascular y a la coexistencia de otras enfermedades como la hipertensión, la diabetes o problemas valvulares.
En las personas mayores, los síntomas pueden manifestarse de forma más sutil o ser atribuidos erróneamente al propio envejecimiento. Por eso, es clave conocerlos y estar atentos a su evolución:
Fatiga persistente: cansancio excesivo incluso tras realizar actividades cotidianas o de poco esfuerzo.
Dificultad para respirar (disnea): especialmente al acostarse o al caminar distancias cortas.
Hinchazón en piernas, tobillos o abdomen: retención de líquidos que puede pasar desapercibida si no se controla regularmente.
Aumento de peso repentino: relacionado con la acumulación de líquidos.
Confusión o desorientación: en algunos casos, puede haber una disminución del riego cerebral.
Pérdida de apetito o digestiones pesadas: como resultado de una menor circulación hacia el aparato digestivo.
Detectar estos signos a tiempo es fundamental para mejorar la calidad de vida de quienes los padecen. Un diagnóstico precoz y un seguimiento adecuado pueden marcar la diferencia.
En nuestras residencia, contamos con un equipo multidisciplinar que observa, cuida y acompaña con atención personalizada a cada residente. Porque sabemos que el bienestar no solo se trata, también se previene.
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